Rebelión en la Formula 1
Las diez escuderías del Mundial han sumado sus fuerzas en la Asociación de Equipos de la F1 para proteger sus intereses ante la FIA y la FOM
Las escuderías del Mundial de F1 se han conjurado para hacer frente a un futuro incierto. La guerra abierta que protagonizan desde hace tiempo el presidente de la FIA Max Mosley y el de la FOM Bernie Ecclestone puede acabar repercutiendo directamente en los equipos y convertirlos en los perjudicados de la batalla.
No obstante, haciendo válido el dicho de más vale prevenir que curar los jefes de las diez escuadras del campeonato se reunieron el pasado martes en la sede de Ferrari, en Maranello, para unir sus fuerzas y diseñar una línea de actuación conjunta con el objetivo de proteger sus intereses a la hora de firmar el inminente Pacto de la Concordia en el que se establece el reparto económico entre todas las partes que participan en el Mundial de F1.
La reunión acabó siendo bastante productiva, dado los temas de gran trascendencia que aparecían en el orden del día. En realidad fue extremadamente constructiva, según el comunicado emitido por Ferrari al término de la reunión. Lo más importante es que los asistentes, presididos por el anfitrión Luca di Montezemolo, decidieron crear la Asociación de Equipos de F1, cuya principal función será trabajar con la FIA y la FOM para llegar a un acuerdo con las reglas y las condiciones comerciales, que nos servirá de base para obtener un deporte competitivo y dinámico.
Los equipos están en pie de guerra, sobre todo después de las intenciones de Mosley de utilizarlos como arma arrojadiza para presionar a Ecclestone en el apartado económico. De hecho, el malestar se ha empezado a extender por el paddock del Mundial ante la actitud pasiva que ha mostrado el presidente de la FIA durante los últimos meses, y le acusan de estar más pendiente de limpiar su imagen después de protagonizar el escándalo sexual del año que de interesarse por el futuro de la competición, su ausencia se percibe como si no hubiese ningún proyecto para la Fórmula 1, los equipos se sienten abandonados, declaraba el jefe de Renault Flavio Briatore, esta semana en la Gazzetta dello Sport.
PROBLEMA DE PRESUPUESTO
La principal preocupación es que Mosley está empeñado en introducir cambios en la reglamentación del campeonato con el fin de reducir los costes de los equipos, sin consultar con ellos qué piensan sobre las medidas que quiere introducir. Además, está tratando de convencer a las escuderías para que presionen a Ecclestone y la CVC empresa propietaria de los derechos de explotación de la F1 para percibir un mayor porcentaje de los ingresos. Actualmente, el pacto vigente establece que los equipos se reparten el 50% de los ingresos totales, cifra que asciende a entre 750 y 800 millones de euros a repartir entre las diez escuderías.
En la cúpula de Maranello también estuvieron presentes el propio Ecclestone y su socio Donald McKenzie, presidente de CVC. A pesar de que, más allá del comunicado oficial emitido por Ferrari, por el momento no han trascendido detalles de la reunión, los representantes de las escuderías concluyeron la jornada muy satisfechos al entender que la cita había permitido acercar posiciones entre las dos partes.
Sport.es