En el lugar equivocado …
Suscribo cada una de las palabras que extraigo de la carta de José Rubio Zamorano, enviada a la sección Correo, de XLSemanal en su edición del domingo 27 de agosto.
Termino de leer el artículo sobre el rescate de 51 náufragos (personas) y no puedo hacerme más que una reflexión sobre la podredumbre humana. No creo en los partidos, no creo en los gobiernos, no creo en la Iglesia, sea de la índole que sea, no creo en las fronteras que dividen a las personas creando tribus en el siglo XXI, no creo en cómo tenemos estructurada la sociedad, no creo en los paradigmas existentes en las cabezas de los que gobiernan un país (pequeña porción de tierra gobernada por animales no racionales que deciden la vida o la muerte de otros de sus misma especie por el hecho de que tienen un estatus diferente – color, idioma, pais, religion -, pero, ante todo, el estatus de no tener nada, más que haber nacido en un lugar equivocado donde Dios está de vacaciones). Con esta carta no pido nada a los gobiernos ni a la Iglesia. Sólo pido que haya grandes personas como José Durá: el día que yo muera y no esté en el mundo, estén donde estén, quisiera estar con ellas y con el Dios de los que nacieron en el lugar equivocado.